27 de febrero de 2010

La hipocresía de la moral conservadora


La aprobación definitiva de la nueva ley de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, y la dimisión del presidente de Nuevas Generaciones del PP, Ignacio Uriarte, como vocal de Seguridad Vial en el Congreso de los diputados por conducir borracho, son noticias que nos deben hacer reflexionar sobre una cuestión importante: ¿es la derecha una hipócrita?

La nueva ley, además de centrarse principalmente en la educación sexual de los más jóvenes, no obliga a abortar, sino que despenaliza una decisión exclusiva de la mujer que, en ejercicio de su libertad, tendrá derecho a tomar dentro de un nuevo marco jurídico acorde al del resto de países europeos, algunos aprobados gracias incluso al apoyo de partidos conservadores.

Durante meses, venimos asistiendo a un espectáculo mediático en torno a este tema tan polémico, delicado e íntimo. Un tema que ahora se ha malentendido y manipulado al enfocarlo desde el punto de vista de la moral fanático-religiosa, el punto de vista del intransigente inquisidor, cuando hablamos de una realidad que no entiende de ideologías, ya que la mujer conservadora también aborta en privado, aunque lo critique en público.

Por otro lado, resulta cuanto menos lamentable que alguien que preside una organización juvenil autoproclamada líder defensora de los valores que la juventud de hoy día, “irresponsable y salvaje” según ellos y ellas, tanto necesita (¿qué valores? ¿los suyos?) haga el ridículo político más patético de los últimos años, viéndose forzado a dimitir de su cargo por su gran incongruencia moral y política.

En fin, esto no deja de ser una muestra más de actitudes que corroboran la tesis que defienden quienes pensamos que existe una gran hipocresía y cinismo en las formas y en las ideas conservadoras, concretamente en su doctrina moral. Ideas que en la práctica no se cumplen, y sobre todo ideas que abanderan personajes que no condenan a quienes las traicionan, si son de los suyos claro.

12 de febrero de 2010

Feliz Gürtel


Se cumple un año desde que se anunciara el virus Gürtel, una infección corrupta que ha contaminado de arriba abajo al Partido Popular y, junto a él, al único presidente autonómico de la historia de este país que ha sido imputado (y todavía no juzgado) por un delito de corrupción: molt honorable president Francisco Camps.

Gürtel se destapó en febrero de 2009, habiendo sólidas sospechas de delito por parte de no pocos militantes del Partido Popular, justificadas en horas de conversaciones grabadas y numerosas pruebas aportadas por la policía después de que un propio ex concejal del PP denunciara la existencia de una extensa trama de corrupción en el seno de su partido.

Hablar de Gürtel en Valencia es hablar de trajes para todos, relojes y coches de lujo, de Orange Market, de dobles facturaciones, es hablar del Bigotes “amiguito del alma”, es mencionar a 14 altos cargos de la Generalitat valenciana relacionados con la trama, es hablar de la alcaldesa Rita Barberá, y de un presunto delito de financiación ilegal por parte del PP valenciano. Pero sobre todo, es hablar de mentiras sistemáticas a la sociedad valenciana, de desvergüenza política y de una total falta de principios democráticos.

Ante este grave y lamentable escándalo político, la derecha ha reaccionado como sólo sabe hacerlo: utilizando el ataque como defensa. Primero contra los jueces y la policía, contra toda la oposición, contra el Gobierno, incluso contra los principios que rigen el Estado de Derecho, y contra quien se atreva a preguntar qué se ha hecho con el dinero de l@s ciudadan@s. Se excusan en “filtraciones”, eludiendo sus “responsabilidades”.

¿Dónde está el presidente Camps? ¿Por qué no da la cara? ¿Por qué no explica lo que tantas ganas tiene de explicar ante los tribunales pero no ante los valencianos y valencianas? La respuesta es que Francisco Camps sonríe sin ganas, acusa a Ángel Luna de querer matarle, se ausenta de sus funciones como presidente y muchos en su partido lo califican de “cadáver político”. Por tus actos te conocerán.

Que no se olviden los 2/3 del sumario que faltan por salir a la luz, porque todavía nos van a dar que hablar estos impresentables de la derecha valenciana que nos gobiernan.