28 de julio de 2010

Catalunya, OLÉ!


Canarias fue la primera en prohibir la tauromaquia, allá por 1991, tras reconocer los derechos animales, protegidos por ley ante “peleas, fiestas, espectáculos y otras actividades que conlleven maltrato, crueldad o sufrimiento”. En este caso, la escasísima afición por esta tortura que algunos llaman arte, fue determinante para su censura y abolición.

En Catalunya, a raíz de una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) el Parlament catalán ha prohibido con una mayoría de libertad de voto la matanza de toros como espectáculo en su territorio, que ya arrastraba un decadente apoyo ciudadano (más de 70 municipios catalanes se consideran desde hace tiempo abolicionistas).

En contraste con este ejemplo de democracia y de una manera cívica de hacer política en pos del progreso, los gobiernos de la derecha gürteliana de dos CCAA donde presiden con mayoría absoluta (Madrid y Valencia) ya anunciaron su intención, conocida la propuesta catalana, de “proteger” como Bien de Interés Cultural esta brutalidad bautizada por el dictador Franco como “fiesta nacional”. Y, cómo no, ahora amenazan con ir al TC contra esta decisión histórica.

Pero pese a esta defensa de la permítase llamar “salvajada nacional”, supuesto símbolo de nuestras “raíces culturales”, por parte de gobiernos más parecidos a la España retrógrada y cerril, antes populista que popular, que a la España moderna, es de celebrar que la Asamblea de Madrid vaya a debatir próximamente una ILP similar a la catalana, en contra de los festejos taurinos. Probablemente caiga en saco roto, pero es síntoma de un cambio de mentalidad y buena noticia para quienes nos gustan realmente los toros.

Sin embargo, aquí en el País Valenciano, salvo el caso pionero de Paterna, ni se escucha ni se debate nada que vaya contra el dogma pepero de Francisco Gürtel Camps. Importa poco que la opinión general sea de rechazo a que se inflija dolor y se torture hasta la muerte a un animal, y que a eso se le llame arte o, estúpidamente, fiesta.

Fruto del libre pensamiento que caracteriza a la España actual, cada vez existe una mayor concienciación de la sociedad (el 75% de españoles nunca pisaría una plaza de toros) en contra de este tipo de “tradiciones” que sobreviven gracias a las subvenciones (560 millones de euros anuales), y que en absoluto transmiten valores positivos a las generaciones, sino todo lo contrario, valores de muerte y crueldad hacia un ser vivo que siente; en base a argumentos ridículos e irracionales (como decir que el toro nace para morir en una plaza) alejados de toda ética, moral y hasta inteligencia.

19 de julio de 2010

Memoria despierta


El 18 de Julio de 1936 simbolizó el inicio de una traición. La contrarrevolución del fascismo europeo del siglo XX acabó contagiándose a España, impulsada desde las oligarquías dominantes que conspiraron contra la democracia y contra las reformas que ponían en peligro sus privilegios, por estar destinadas a corregir siglos de desigualdad e injusticia hacia el pueblo español.

Pasados 74 años, continúa presente en la memoria colectiva aquel deleznable ataque militar contra el gobierno legítimo y legal de la república, así como la violación (y abolición) del orden constitucional democrático, pilar fundamental del primer periodo de la historia de España en que el pueblo soberano tuvo oportunidad de guiar su destino, ampliando los derechos civiles, extendiendo y asegurando el bienestar público general.

Pero la historia la escriben los vencedores, en nuestro caso la dramática Guerra Civil española entre el fascismo y la libertad. De ahí el esfuerzo en transmitir durante décadas (hoy continúa haciéndose) falsos argumentos, mitos y mentiras sobre los motivos de la “necesaria” dictadura y la versión oficial de que los culpables del terror fueron “los rojos”.

Este año 2010 ha supuesto una amenaza a la tranquilidad de quienes pensaron que la Ley de Amnistía de 1977 “perdonaría” sus crímenes y “exculparía” a los responsables de los más de 150.000 asesinatos, torturas y vejaciones que durante el régimen fascista de Franco, y no antes, se llevaron a cabo por orden gubernamental. Se ha llegado a hablar del “genocidio español”.

La sociedad española moderna condena mayoritariamente, igual que desde el primer día, aquella época negra de la historia de nuestro país. Cada vez se conoce más y mejor sobre aquellos años, y como consecuencia se rechaza enérgicamente la barbarie franquista; un régimen donde imperó la ley del odio, el fanatismo y la represión de la diferencia, contra la libertad y la dignidad de las personas

Por querer justicia para las víctimas del fascismo español, el juez Garzón se ha topado con los obstáculos de un sistema judicial arcaico y obsoleto que necesita de reformas urgentes. Ha sido perseguido políticamente y sometido a un linchamiento mediático por parte de los sectores más retrógrados de la llamada España profunda.

Sin embargo, no somos pocos quienes, pese a las adversidades, le estamos muy agradecidos por haber abierto un proceso que, seguro, acabará por reconocer la evidencia, y hacer efectiva no ya sólo la ley de Memoria Histórica y los principios del derecho internacional, sino principalmente que la democracia es algo más que ir a votar cada cuatro años.

17 de julio de 2010

Verano reflexivo


Finaliza el curso político, y por fin muchas ciudadanas y ciudadanos disfrutan de un merecido descanso tras un año laboral muy negro en el que se han anunciado medidas y ajustes demasiado duros y polémicos. Los meses de Verano, a pesar del asfixiante calor de efecto invernadero, esperan de nuevo ser un breve bálsamo que relaje el estrés acumulado por la crisis neoliberal.

La gente en Valencia podrá relajar su cuerpo y mente en cualesquiera del 98% de chiringuitos de playa valencianos que no se ven afectados por la aplicación de la Ley de Costas, con cuidado de que en Valencia se haya recortado un 15% el presupuesto en seguridad y atención sanitaria en las playas de la ciudad, mientras se ha hecho público que la nuestra es la autonomía que más ha destruido su litoral en la última década

Por su parte, la juventud valenciana vamos a tener que aguantarnos este Verano de recibir ayudas que ofrecía el IVAJ al alquiler de vivienda, empleo, transporte o formación, así como del cierre de albergues, ya que el Institut Valencià de la Joventut ha recortado a la mitad, o más, todas las ayudas a jóvenes para este año. Eso sí, en Julio y Agosto Metrovalencia ofrece servicio nocturno, pero sólo fines de semana hasta la 1 o 2 de la madrugada. Todo un guiño a los juerguistas, sin duda.

El turismo en Valencia, además, va a continuar estando de capa caída. No ya por las consecuencias evidentes de pérdida de poder adquisitivo por la crisis, sino también por la falta de un Plan turístico elaborado y sostenible que ofrezca calidad y variedad de oferta todo el año en lugar de macro-eventos con sobre-costes que, hasta la fecha, tan sólo han arrastrado endeudamiento, malestar vecinal y escaso, a la vez que concentrado beneficio para pocos. Por no hablar del caso Terra (“deuda”) Mítica.

En fin, esperamos que, al menos, estas vacaciones sean aprovechadas para reflexionar y formarnos un poco sobre algunos temas. Porque sería de muy agradecer para todos y todas que a la vuelta de Septiembre, con una Huelga General en marcha, el aire fresco del mar haya ventilado las ideas y haga retornar un poco de la sensatez y del criterio humanista que estamos perdiendo con la tormenta crisis, que corre el peligro de convertirse en un huracán que puede acabar con todo lo que se ha conseguido hasta ahora.

3 de julio de 2010

Huelga en Valencia


La huelga de MetroMadrid ha abierto de nuevo el debate “servicios mínimos versus derecho a huelga”, sobre la falta de regulación y sobre los valores de la lucha sindical por defender un empleo y sueldo dignos.

Un caso parecido puede ocurrir en Valencia, donde hace años que se llevan produciendo huelgas de trabajadores de la EMT y MetroValencia ante el recorte de salarios, pagas y eliminación de sus derechos, vulnerando así sus pactados convenios laborales; y ante la oscura gestión, incompetente y autoritaria, de la dirección de estas empresas, así como del Ayuntamiento y la Generalitat; que, por otra parte, se niegan a negociar con la representación sindical.

La Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de Valencia son noticia por ser responsables del bajo nivel y mala calidad del transporte público en la ciudad de Valencia. Un lamentable ejemplo de ello es que, cumplidos cuatro años desde el todavía no esclarecido accidente de metro en Valencia, el más grave de Europa, no se ha puesto un solo euro para mejorar el servicio y la seguridad de las vías.

Mientras los directivos de la EMT cobran sueldos astronómicos, las y los ciudadanos valencianos soportamos uno de los peores servicios públicos de transporte del país y de Europa, que no está a la altura de una ciudad como Valencia. Esto no sólo lo vive la gente, también es una reivindicación de los trabajadores/as. Lenta frecuencia de paso, altos precios, escasos servicios especiales, barrios aislados, precariedad laboral…

Desde hace años, empleados/as de la EMT y FGV, aun imponiéndoseles unos servicios mínimos totalmente abusivos desde la Consellería de Treball (68%), violando el Derecho Constitucional a huelga; y bajo la presión y amenazas de la dirección de EMT y FGV, exigen unas condiciones laborales dignas y respetuosas con la ley. Viéndose en la obligación, ante la indiferencia de sus superiores, de utilizar la alternativa de huelga.

Que se deslegitime, se manipule y se criminalice injustamente esta manera (muchas veces desesperada) de reivindicar nada más que un empleo digno que permita mantener una familia y tener una calidad de vida decente, tan sólo puede deberse a una forma necia, egoísta y superficial de valorar la importancia de estos mismos derechos. Porque todos somos trabajadores, alguna vez, en algún momento, tendremos que recurrir a la huelga para defender nuestros derechos.