31 de diciembre de 2010

Hablamos de prestigio

Nadie duda que un/a profesional de la Medicina, Enfermería, Veterinaria o Farmacia, incluso de la Optica o Fisioterapia, realiza funciones que tienen que ver con la salud y bienestar de sus pacientes. Profesiones reconocidas socialmente como sanitarias y que en el año 2003 obtuvieron el consecuente reconocimiento legal tras la aprobación de la llamada LOPS (Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias).

Sin embargo, para el asombro e indignación de mucha gente, pese a que hoy la Psicología tiene el reconocimiento y respaldo social e institucional suficientes – la OMS define la salud como: "estado de bienestar completo físico, mental y social y no solamente la ausencia de enfermedad o dolencia", el 92% de la población española considera la Psicología una profesión sanitaria, hay más de 30 facultades de Psicología en España con planes de estudios en gran medida relacionados con el ámbito de Ciencias de la Salud, y las administraciones públicas ofrecen cada vez más programas de atención psicológica de todo tipo – actualmente sólo la especialidad clínica que acredita el título PIR (Psicólogo Interno Residente) se reconoce legalmente como una profesión sanitaria.

Este hecho supone que miles de profesionales que, día a día, ejercen su profesión como psicólogas y psicólogos que evalúan, diagnostican y tratan a personas con problemas de salud mental (sobre todo de media y baja intensidad, como son las depresiones o trastornos leves de ansiedad y estrés, fobias, etc.) y que no han accedido a una de las apenas 130 plazas PIR que el Estado oferta anualmente para todo el territorio nacional, se encuentren en una situación de alegalidad, puesto que no se les reconoce (sobre el papel) como profesionales sanitarios pese a contar con los conocimientos y experiencia necesarios. Generándose al mismo tiempo confusión entre la gente, conflictos entre colegas y, principalmente, un perjuicio contra quienes demandan atención psicológica.

Desde el año 2004 se vienen realizando manifestaciones en todo el país, sumándose las reivindicaciones de decenas de miles de estudiantes y profesionales de la Psicología en todas sus especialidades, tanto clínica como educativa, social, laboral, etc. que, representados en el CEP-PIE y en el COP, reclaman una solución para este problema de extrema gravedad, ya que no debemos olvidar que lo que está en juego es la salud y el bienestar psicológico de millones de personas, hoy en día desatendido y falto de atención debido a la escasez de medios y profesionales en la salud pública que velen por su calidad de vida y su bienestar físico, mental y social.